La Semana Santa introduce el morado en la flor que llevarán 45.000 falleros

Fotos: Juanvi Ramírez

La coincidencia de las Fallas con la Semana Santa ha influido en los colores elegidos este año para formar el manto de la virgen de los Desamparados durante la ofrenda a la patrona de Valencia que realizarán las falleras y falleros, en la que depositarán unas 200 canastillas y 28.000 ramos de claveles y estátice, una flor especial elegida para esta ocasión.

Según estimaciones de la Junta Central Fallera, alrededor de cien mil personas, entre niños, adultos y músicos, se espera que este año participen en los dos días dedicados a la ofrenda de flores, el acto más multitudinario de las fiestas de las fallas, de los cuales entre 45.000 y 50.000 desfilaran esta tarde en la primera de las jornadas, que se estima que concluirá pasada la una de la madrugada.

El solapamiento con la Semana Santa ha motivado que los 'vestidores de la Virgen' (los encargados de diseñar e ir elaborando el manto floral) hayan elegido el color morado, azul y amarillo para conformar el motivo central del manto de la 'Geperudeta', que este año está relacionado con la Semana Santa Marinera, la tradicional y peculiar fiesta religiosa del distrito Marítimo de la capital valenciana.

La fuerte demanda de clavel existente estos días por parte de las cofradías y hermandades de Semana Santa para adornar las andas y los tronos de los pasos procesionales ha hecho que, ante una posible escasez de oferta, se optara por la estátice, una flor similar, que además se presenta en colores azul y morado, que son los característicos de la Semana Santa, y que complementarán los habituales claveles en sus tonalidades de rojo, blanco y rosa.

Con un marcado carácter religioso pero sin perder la componente de desfile o procesión cívica, la Ofrenda a la Virgen es un acto creado en 1945 tras la recepción a un barco que traía turistas para visitar las fallas. A continuación hubo un desfile desde la avenida del Puerto hasta la Basílica para depositar flores a la Virgen, que se repitió en años posteriores hasta convertirse en uno de los actos más queridos por las falleras y falleros.